Visitas aproximadas

Josefina McGregor Gárate



Quién es: Especialista en Revolución Mexicana, detractora hasta el día de hoy de la huelga de 1999, autora de varios libros

Imparte: Introducción a la historia, Comentario de Textos, Seminario de Investigación y Optativa subárea (existe realmente esta palabra??) 4 estos últimos titulados “La revolución Mexicana”

Descripción de su clase: Suele desesperarse en las primeras materias obligatorias. La verdad considera que los de primer semestre aún están muy inmaduros y disfruta más dando sus optativas o el seminario. Por lo mismo, es normal que en las primeras se porte un poco estricta mientras en las últimas no tanto. Una vez en Comentario de textos hablaban sobre actividad de la lectura. Tres compañeros declararon que no les gustaba mucho leer lo cual en verdad le molestó diciendo que “¿a qué diablos se habían metido a esta carrera si no les gusta leer?” lo cual visto desde su punto tiene razón, pero no es para ponerse así, lo más probable es que esos dos hayan abandonado la carrera. En otra clase preguntó que si alguien sabía como se elegía al presidente de la Cámara de Diputados y nadie respondió, porque nadie sabía. Ni yo lo sé hasta la fecha, así que Doña Josefina suspendió la clase argumentando que “¿cómo era posible que no se hubieran tomado la molestia de investigarlo? Si eso también es Historia y peor aún porque es actual y nos afecta”. Agradezcamos que no suspendiera el curso en ese momento, ni que pidiera que copiaras textualmente el museo de la Revolución, como hizo un colega suyo del cual ya hablé. Y en este último caso también estoy de acuerdo con ella pero no justifico su rabieta.

En la optativa es muy notorio que maneja bien el tema y que además lo domina. Suele hablar de detalles que uno siempre ha deseado saber o que incluso no imaginábamos sobre la revolución, como el hecho de que Porfirio Díaz también fuera masón o algunos chismes históricos que competen a los personajes que siempre se han mencionado. Estos “chismes” suelen ser interesantes a mi juicio ya que suelen dejarse del lado en la historiografía tanto oficial como académica. Además su bibliografía recomendada es bastante amplia que hasta incluye un texto de León Portilla (me refiero a los “Manifiestos de Emiliano Zapata” en náhuatl). Posee varios inconvenientes: las constantes digresiones que hace, algunas alusivas a la mentada huelga o asuntos políticos actuales, lo cual no es malo hasta que ocupa más tiempo de la clase que al tema que da nombre a dicha asignatura. A veces reconoce que algunos maestros consideran que su materia es la única que cursamos, y parece que ella es de esos porque a fin de cuentas sus trabajos requieren tiempo para hacerlos y los revisa minuciosamente.
Inscríbela si: Tienes interés en la materia, aquí ingresando a las clases se nota que vas a aprender con todo y digresiones.

No la inscribas si: piensas que vas a tener que hacer pocas lecturas o si quieres entrar de oyente porque no los acepta.

4 comentarios:

ale dijo...

Para ser sicera no recomiendo la clase, ya que es pura disgresión, a parte no la prepara y llega a darla con lo que se sabe de memoria dando como resultado una clase revuelta.
Platicando con más compañeros respecto a la clase argumentan que la profesora si sabe mucho, pero de que nos sirve a nosotros eso si no nos trasmite esos conociminetos.
La profesora es muy buena persona, pero creo que eso no es suficiente cuando das clases.

Anónimo dijo...

Josefina es excelente, la verdad es una persona super inteligente y buena gente. Yo añoré muchos años tomar su clase y cuando lo hice, confirme lo que sabía: es una de las mejores profesoras de Historia.

Carla Ruiz dijo...

Ahí si estoy en desacuerdo. Yo no tolero a Josefina.
Porque no sólo fue mi maestra, sino mi jefa en un proyecto de investigación... la traté más personalmente y es nefasta.
Lo único que en efecto le admiré fue que estuvo contra la maldita huelga del 99 y me sentí muy mal cuando unos porros la golpearon frente a las cámaras de televisión, allá por enero del 2000.

Anónimo dijo...

El año que tomé clase con ella, en Seminario de Investigación, fue relativamente bueno, aunque a veces parecía que le valía un chingada la clase; nos daba sólo una hora con algunos minutos. Y concuerdo, nunca faltan esas digresiones o ejemplos sobre la vida política del país, incluso de la vida interna de la Facultad, los institutos y la UNAM en general.

En lo personal, nunca tuve ningún maltrato de su parte. Tenía sus momentos en los que era amable y buena onda, y otros en los que era más o menos indiferente.